En medio de la difícil situación económica y los desafíos financieros que muchos enfrentan hoy en día, puede resultar tentador retirar las aportaciones realizadas para la jubilación.
Estos fondos proporcionan una fuente de ingresos segura y sostenida en los años posteriores a la vida laboral. Retirar anticipadamente las aportaciones puede significar una reducción drástica en los beneficios futuros.
Esta práctica se vuelve común en aquellos que por cualquier razón deja de laborar para una institución del Estado. Sin embargo, esta decisión puede tener repercusiones significativas a largo plazo, afectando negativamente la estabilidad financiera futura y la calidad de vida al momento de la jubilación o retiro.
Ever Soriano, jefe de la División de Beneficios de INJUPEMP, explica que si bien el retiro de las aportaciones es una opción que todos los afiliados tienen, no es aconsejable que se haga ya que tiene sus repercusiones financieras.
“En primera instancia, al hacer una separación del sistema, el participante renuncia automáticamente a todos los derechos que adquiere en INJUPEMP, considerando que sus aportaciones acumuladas son lo que le respaldan”, explica Soriano.
Por otra parte, existe la posibilidad de que, en el futuro, usted regrese a laborar con el Estado y tenga nuevamente la opción de reactivarse en el sistema. En este caso, corresponderá al afiliado reintegrar todos los fondos que pudo retirar en su momento, más los intereses actuariales que es un valor considerable.
En el contexto de los beneficios por jubilación, por ejemplo, los actuarios utilizan una tasa de descuento para determinar cuánto se necesita tener hoy en reserva para poder pagar esos beneficios en el futuro. Los intereses actuariales incluyen los intereses que se acumulan sobre el pasivo del plan debido al paso del tiempo. Es decir, a medida que pasa el tiempo, el valor presente de las obligaciones futuras aumenta debido al efecto de los intereses compuestos.
Consecuencias Fiscales y Penalizaciones
En muchos países, retirar las aportaciones de un plan de previsión antes de tiempo puede acarrear penalizaciones. En nuestro sistema sucede igual y se hace a través de los intereses moratorios, explica el licenciado Ever Soriano: “el participante deberá reintegrar el monto de aportaciones retiradas, más los montos de intereses actuariales. Este interés se fija con base al tiempo, índice de precios al consumidor y otras formula que aplican los especialistas actuarios”, reitera Soriano.
Es crucial considerar estas implicaciones antes de tomar una decisión apresurada.
La otra cara de la moneda: ¿y si ya no trabajo para el Estado y dejo mis aportaciones?
El jefe de Beneficios del INJUPEMP no explica que si por lo contrario, optamos por dejar nuestras cotizaciones aportadas aun cuando hemos dejado de trabajar para una institución pública, estos montos generan intereses a favor del participante. Su condición pasa de activo a suspenso, pero sus fondos están íntegros y con mayor valor a su favor.
Alternativas a Considerar
Antes de retirar las aportaciones por una necesidad inmediata y urgente, es recomendable explorar otras alternativas financieras. Esto puede incluir préstamos personales en la banca o en una cooperativa, líneas de crédito o incluso ajustes en el presupuesto personal, organizar nuestras finanzas. Consultar a un asesor financiero puede proporcionar estrategias y opciones que no comprometan la seguridad financiera futura.
Impacto en la Estabilidad Económica Personal y de la familia
La jubilación sin una adecuada planificación económica de retiro puede conducir a la dependencia de familiares en nuestro sostenimiento, lo que puede poner una carga adicional sobre el sistema social y la economía en general de la familia.
Mantener las aportaciones en su instituto de previsión ayuda a asegurar que los individuos puedan mantener su independencia financiera y calidad de vida durante sus años dorados.
La tentación de acceder a los fondos de un instituto de previsión puede ser fuerte en tiempos de necesidad financiera. Sin embargo, es esencial considerar las consecuencias a largo plazo de tal acción. Mantener las aportaciones intactas no solo asegura una jubilación más cómoda y segura, sino que también aprovecha el crecimiento a través del interés compuesto, evita las penalizaciones y contribuye a la estabilidad económica personal y colectiva.
La decisión de retirar o no las aportaciones debe ser tomada con una visión clara de las implicaciones futuras. La clave está en planificar con antelación y buscar asesoramiento profesional para garantizar que las necesidades financieras inmediatas no comprometan su bienestar a largo plazo.